
11 Jul Preservación de la fertilidad
La preservación de la fertilidad es el esfuerzo médico conjunto destinado a mantener la capacidad de reproducirse de una mujer. La principal indicación de preservación de la fertilidad son las mujeres con diagnóstico de cáncer que requieren un tratamiento que puede ocasionar una falla de la función ovárica. Actualmente, las tasas de sobrevida para las mujeres que presentan un cáncer en la edad reproductiva han mejorado en forma dramática. En los últimos 25 años, en la población femenina la tasa de sobrevida para todos los cánceres, mejoró de un 56% a un 64%. En particular, la sobrevida a 5 años para el cáncer de mama se está acercando al 90%. Además, entre 1974/1976 y 1989/1996 la tasa de sobrevida relativa para los cánceres de la infancia en forma combinada ha mejorado de un 56% a un 75%.
Se calcula que en el año 2000 uno de cada 1000 adultos era un sobreviviente de un cáncer en la niñez y para el año 2010 se estima que esta proporción llegará a 1 en 250. Por otro lado, hay escasa evidencia de que una historia de cáncer, un tratamiento por cáncer o intervenciones para preservar la fertilidad aumenten el riesgo de problemas en la descendencia. Es por todo esto que la preservación de la fertilidad en las niñas, adolescentes y mujeres adultas en edad reproductiva ha comenzado a ser muy relevante.
Otras situaciones que pueden requerir preservar la fertilidad son algunos cánceres pélvicos que requieren tratamiento con radioterapia, ciertas enfermedades autoinmunes que también se tratan con agentes quimioterápicos o mujeres que por diversos motivos quieren posponer la maternidad.
En las mujeres existen relativamente pocas opciones clínicas para preservar la fertilidad, especialmente en aquellas que se van a someter a un tratamiento agresivo con quimioterapia y/o radioterapia. Éstas incluyen: criopreservación de ovocitos, criopreservación de tejido ovárico para un transplante futuro, criopreservación de embriones, protección hormonal de los folículos ováricos con análogos de la GnRH (hormona liberadora de gonadotrofinas) y transposición ovárica antes de la radioterapia. La mayoría de estos tratamientos son todavía experimentales, y su eficacia y fiabilidad no han sido bien determinadas. La excepción es la criopreservación embrionaria, que es la alternativa más probada y con mayores tasas de efectividad en la actualidad, pero que tiene importantes implicancias éticas. Aún así, el futuro de la preservación de la función ovárica en la mujer con cáncer es promisoria.
Actualmente hay cinco estrategias para preservar la fertilidad de mujeres sometidas a tratamiento de cáncer.ección hormonal con análogos de la GnRH:
Se sabe que los efectos devastadores del tratamiento con quimioterapia en los ovarios se pueden mitigar con el uso de un medicamento llamado agonista de la hormona liberadora de gonadotrofinas previo al comienzo de la quimioterapia. Este tratamiento hace que los ovarios entren a una fase de reposo, con lo que disminuyen los efectos tóxicos de la quimioterapia sobre los ovarios.
Transposición ovárica: En las mujeres que requieren radioterapia pélvica o abdominal, puede ser útil mover quirúrgicamente los ovarios para minimizar su exposición a la radiación.
Criopreservación de ovocitos para realizar una IVF en el futuro: Requiere de un ciclo completo de fertilización in vitro, con estimulación de la ovulación y aspiración de los ovocitos, que luego se congelan. Esto implica que el tratamiento del cáncer debe retrasarse al menos un mes. Debe ofrecerse solo como un procedimiento experimental, ya que, a pesar que las técnicas para congelar óvulos están mejorando, los resultados aún no son lo suficientemente buenos.
Criopreservación de tejido ovárico o de todo el ovario para su transplante en el futuro: Es probablemente el método de preservación de la fertilidad más experimental de todos. A la fecha, hay 4 embarazos y 3 recién nacidos vivos reportados con esta técnica. Para obtener tejido ovárico es necesario realizar una cirugía laparoscópica (con anestesia general), en la cual se obtiene una porción de un ovario o un ovario completo, que luego se corta en pequeñas láminas que contienen folículos y se criopreserva. Cuando la paciente ya está sana y quiere formar una familia, los trocitos de tejido ovárico criopreservado se descongelan y se reimplantan en su cuerpo, generalmente en mismo ovario que se dejó en la primera cirugía. Este tejido eventualmente vuelve a producir hormonas y a ovular (espontáneamente o con una estimulación de la ovulación), con lo que se puede obtener un embarazo.
Criopreservación de embriones: en la actualidad, es la alternativa más probada y con mejores tasas de efectividad. El problema es que se puede aplicar a pocas pacientes, ya que requiere una pareja estable y tiene muchas implicancias éticas y, al igual que en el caso de la criopreservación de ovocitos, requiere un ciclo de IVF completo que retrasa el tratamiento del cáncer al menos un mes.
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